Oración para pedir por la Adoración Nocturna


Señor Jesús, que decidiste permanecer con nosotros en el Sacramento de la Eucaristía, aumenta nuestra fe en tu presencia y haz crecer en nuestro interior el deseo ferviente de estar contigo adorándote, alabándote y amándote. Concede, Señor, a tu Iglesia nuevos adoradores, hombres y mujeres que en el silencio fecundo de la noche se dejen hacer y deshacer por Ti, templen su espíritu al fuego de tu amor, contemplen tu rostro crucificado y gocen del esplendor de tu resurrección. Que tu espíritu, Señor, nos ayude a comprender que la vitalidad espiritual y apostólica de la Iglesia depende de nuestra unión contigo en la Eucaristía.

Concédenos Señor la gracia de reparar y consolar tu Corazón que tanto ama a los hombres y no recibe más que ingratitudes y desprecios, haznos siervos fieles y amigos perfectos de tu Sagrado Corazón.

Tú que eres "Dios con nosotros" y "tienes palabras de vida eterna", abre los oídos y el corazón de tus herma-nos los hombres, para que sientan tu llamada de Maestro y Pastor y respondan a tu invitación evangélica: "Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré". Amén.



La Liturgia de las Horas es la oración que la Iglesia, en unión con Jesucristo, su Cabeza, y por medio de Él, ofrece a Dios. Se llama de las horas porque se efectúa en los principales momentos de cada día, que así es santificado junto con la actividad de los hombres (Laudes al comenzar el día; Vísperas al caer la tarde, Completas al acostarse...).

El Oficio de Lectura, desde los primeros siglos de la Iglesia, era la oración nocturna de los monjes mientras los hombres descansan; la alabanza y la oración del Señor no debe interrumpirse ni durante la noche.