COMPLETAS
del manual A.N.E.
(Página 431 del Manual)
INVOCACIÓN INICIAL
De pie
Presidente:
Dios mío, ven en mi auxilio.
Todos
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
(Aleluya)
EXAMEN DE CONCIENCIA
Presidente
Hermanos: llegados al fin de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Todos examinan en silencio su conciencia.
Presidente:
Señor, ten misericordia de nosotros.
Todos:
Porque hemos pecado contra ti.
Presidente:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Todos:
Y danos tu salvación.
Si preside la celebración un ministro, él sólo dice la absolución siguiente, en caso contrario la dicen todos:
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a a vida eterna. Amén.
HIMNO
Tiempo Ordinario, de Adviento y Navidad
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
Tiempo de Cuaresma
Tú, a quien he buscado, Señor,
en este día,
a quien he escuchado,
dame el reposo de esta noche.
Tú, a quien he cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de esta noche.
Tú, a quien yo he negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de esta noche. Amén.
Tiempo Pascual
En ti, Señor, reposan nuestras vidas
en el descanso santo de la noche;
tú nos preparas para la alborada
y en el Espíritu Santo nos acoges.
En apartadas y lejanas tierras
el sol ha despertado las ciudades;
amigo de los hombres, ve sus penas
y ensancha de tu amor los manantiales.
Vencedor de la muerte y de las sombras,
Hijo eterno de Dios, resucitado,
líbranos del peligro de la noche
al dormirnos confiados en tus brazos Amén.
SALMODIA
Sentados
Antífona
Todos:
Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Salmo 90
A la sombra del Omnipotente
Os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones (Lc 10,19).
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti".
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
Nada más mirar con tus ojos,
verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos.
Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
"Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré,
lo saciaré de largos días
y le haré ver mi salvación".
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. (Todos):
Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Breve pausa
LECTURA BREVE (Ap 22, 4-5)
Verán al Señor cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o del sol porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
Se hace una breve pausa para reflexionar
RESPONSORIO BREVE
Salmista:
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. (Tiempo Pascual: Aleluya, Aleluya).
Todos:
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. (T.P.Aleluya, Aleluya).
Salmista
Tú, el Dios leal, nos librarás.
Todos:
Encomiendo mi espíritu. (T.P. Aleluya, Aleluya).
Salmista:
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Todos:
A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. (T.P. Aleluya, Aleluya).
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Todos:
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. (T.P. Aleluya, Aleluya).
Nunc dimitis (Lc 2, 29-32)
CRISTO, LUZ DE LAS NACIONES Y GLORIA DE ISRAEL
De pie
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos;
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.(Todos):
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. (T.P. Aleluya, Aleluya).
ORACIÓN CONCLUSIVA
Presidente:
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo, que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Presidente:
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa.
Todos:
Amén.
ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Fuera del tiempo de ascua
Bajo tu protección nos cogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
En lugar de esta antífona puede cantarse la Salve Regina u otra de las Antífonas (pág. 441).
En tiempo de Pascua:
Reina del cielo, alégrate, aleluya,
porque el Señor,
a quién has merecido llevar, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
La Vigilia de la Adoración Nocturna es esencialmente una Vigilia de oración y adoración centrada en la Eucaristía, en nombre de toda la Iglesia. Nunca podrán faltar en nuestras vigilias: la oración personal y la oración litúrgica comunitaria que nos vincula a la Iglesia.
La Liturgia de las Horas es la oración que la Iglesia, en unión con Jesucristo, su Cabeza, y por medio de Él, ofrece a Dios. Se llama de las horas porque se efectúa en los principales momentos de cada día, que así es santificado junto con la actividad de los hombres (Laudes al comenzar el día; Vísperas al caer la tarde, Completas al acostarse...).
El Oficio de Lectura, desde los primeros siglos de la Iglesia, era la oración nocturna de los monjes mientras los hombres descansan; la alabanza y la oración del Señor no debe interrumpirse ni durante la noche.