Noticias 2017

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Venerable José Bau

El 2 de diciembre de 2016 el Papa firmó el decreto de virtudes heroicas del siervo de Dios D. José Bau Burguet . Repasamos su vida.

EL RVDO. D. JOSÉ BAU BURGUET, YA ES VENERABLE

El Santo Padre el Papa Francisco ha firmado el decreto por el que aprueba las virtudes en grado heroico del siervo de Dios D. José Bau Burguet el día 2 de diciembre de 2016.

Los Cardenales y Obispos consultores miembros de la Congregación para las causas de los Santos, en su sesión ordinaria del pasado 15 de noviembre, dieron su voto positivo y manifestaron que el siervo de Dios fue considerado un santo durante su vida. Su tumba, situada en la parroquia de Masarrochos, pueblo pedáneo de Valencia, es lugar de peregrinación y oración. En 1958 se inició su proceso de canonización; en 1996 se presento la Positio, y el 2 de mayo de 2016 los Consultores Teólogos emitieron sus votos favorables (9 sobre 9).

D. José Bau Burguet sobresale como ejemplo de sacerdote que desafía y propone a la Iglesia de hoy, al mundo contemporáneo, un modo peculiar e intenso de vivir lo paulino. Su testimonio es una invitación apremiante a los sacerdotes a vivir con renovado fervor espiritual y apostólico su sacerdocio y para ofrecerse a sí mismos en favor de su propio pueblo. La única preocupación de su vida fue la de hacer la voluntad de Dios y trabajar por la salvación de las almas a él confiadas. D. José Bau Burguet, definido en la Positio como un moderno Cura de Ars español fue un hombre de profunda piedad, cuya rica experiencia interior logró brillar en el ardiente apostolado sacerdotal. Sacerdote de fe viva, se consagró esclavo de María para convertirse en un perfecto siervo de Dios. Por lo tanto con la promulgación del decreto de heroicidad de sus virtudes, la Archidiocesis de Valencia eleva oraciones a Dios agradeciéndole habernos concedido este santo sacerdote.

El venerable D. José Bau Burguet nació el día 20 de abril de 1867 en la huerta valenciana, en la Alquería de Burguet, partida de Zafranar que estaba adosada a la ermita dedicada a la veneración del Santísimo Cristo de la Fe y a la Virgen de los Dolores, del matrimonio formado por Vicente Bau Chirlen y Salvadora Burguet Codoñer y formaban la familia cinco hermanos más, por este orden: Vicente, Salvadora, Encarnación, José, Dolores y Gabriel. Fue Bautizado en la Iglesia Parroquial de San Martín Obispo de Valencia. Familia de humildes carniceros con gran tradición cristiana. Coleccionaba estampas con 6 y 7 años y se perdía de cuando en cuando y siempre se le encontraba en la capilla de la ermita. Pronto aprendió los gozos a la Virgen y como era familia del gran poeta Juan Bautista Burguet, tenia la virtud de hacer "décimas", en una de las cuales definió el lugar de su nacimiento:

"En lo cami de Torrent soc naixcut en mich de l´horta;
y una pasió noble y forta en la meua ánima sent.
Es l´AMOR, amor ardent als seus camps de flor cuallats;
als seus prohoms venerats de recort que sempre dura;
amor a la Vergé Pura Mare del Desamparats."

Una de las primeras anécdotas es que haciendo de pastorcillo con los corderos que tenia en casa, le reprendieron porque no los cuidaba para que no se metieran en los campos, al entretenerse en sus altares y oraciones, y la respuesta fue que su rebaño pastaba sin hacer ningún daño en otro sitio.

A los 15 años ingresó en el Seminario Conciliar de Valencia. En al año 1888, ya con 21 años, entró como colegial y por oposición, obtuvo una beca en el Colegio Mayor de la Presentación y Santo Tomas de Villanueva, del que fue nombrado Rector. Recibió la Ordenación sacerdotal en el año 1891, y celebró su primera misa en la Iglesia de Santa María de Jesús de Valencia el 27 de diciembre. Como detalle digno de mención; ofició de Diácono en la ceremonia su hermano de Colegio, el Doctor Laguarda, que fue después Obispo de Barcelona.

Su primer destino fue el 1 de enero de 1892 cuando el Cardenal Monescillo le nombró vicario de Segart, pequeño pueblo de la Baronia, camp de Morvedre de Sagunto (Valencia), donde se distinguió por su celo en la atención de sus feligreses durante diez años. Su debilidad fue el acceso de la Casa Abadía a la Capilla, para rezar de noche ante Cristo Sacramentado o ante la Virgen. Después Santa Mónica en Valencia.

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En el concurso de parroquias del 6 de septiembre de 1902, una vez nombrado párroco D. José Bau, el 29 de octubre, un jueves por la tarde, tomó posesión de la Parroquia de Masarrochos. Cuenta el P. Cipriano en sus estampas de Masarrochos que le prepararon un gran recibimiento pues ya tenían noticias de los vecinos de Segart del gran pastor que les llegaba. Calles y balcones engalanados y el pueblo en masa que acude a recibirlo. Era alcalde D. José Ferrandis. Con él, los feligreses José Alandes, Hermenegildo Pascual y Francisco Verdeguer lo organizan todo. Acompañaban a D. José Bau otros sacerdotes de la comarca y colegiales de Santo Tomás de Villanueva. Su plan de trabajo lo formula como renovación espiritual en las almas y en el culto parroquial y renovación catequista. Los talentos con que Dios le había dotado y que él cultivaba eran sabiduría, prudencia y firme deseo de santidad. D. José Bau venia a sustituir a D. Severino Castellano que había finalizado las obras de la Casa Abadía y el Campanario, obras que requirieron la unidad de muchos esfuerzos y trabajos de los canteros de Masarrochos y sus trabajadores, hombres y mujeres. Después de haber levantado estas piedras materiales, para la gloria de Dios y bien de todos, hacia falta ahora continuar la labor pastoral incidiendo en las piedras vivas que son los bautizados formando el Templo de Dios.

La venida de D. José Bau al pueblo de Masarrochos fue el resultado de un proceso. El Arzobispo de Valencia D. Sebastián Herrero y Espinosa de los Monteros, dispuso un arreglo parroquial, de acuerdo con el Concordato vigente. Algunos lugares de culto, como el de Masarrochos, que eran atendidos por coadjutor a titulo de ayuda que prestaba la Parroquia de Moncada pasaban a ser Curatos de entrada y se erigían como Parroquia, en nuestro caso Parroquia de la Asunción de Masarrochos. Previamente los sacerdotes, entonces, hoy ya no, podían concursar en unos exámenes o ejercicios para según calificación poder solicitar las parroquias que consideraran mejores. Era un sistema que incentivaba el estudio y la capacitación de los sacerdotes para las responsabilidades mayores, y quería responder a una cierta justicia, aunque como todo sistema humano también podía ser aprovechado para ambiciones demasiado humanas.

Los compañeros y superiores instigaron a D. José Bau para que entrara en el concurso de parroquias. Él hubiera estado muy a gusto toda su vida con sus fieles de Segart y con sus libros. No estaba descontento ni cansado, pero concurre para no cerrar la posibilidad de servir a otras parroquias. Obtuvo el número uno en el concurso. Se comentó que el Magistral de la Catedral que formaba parte del tribunal, al ver la homilía escrita por D. José, le causó tan buena impresión que quiso guardar aquel escrito. Todos los testigos son unánimes en recordar que D. José no se valió de su excelente calificación para procurarse algún lugar destacado. Se presentó a firmar el último día del plazo concedido, cuando lógicamente los compañeros del concurso se habían presentado ya y habían podido escoger. Él preguntó por Rocafort o Carpesa, ya ocupadas. Se le ofrece Masarrochos. Él piensa en D. Severino de avanzada edad y en su sobrino sacerdote, por si no querían moverlo de allí. Al decirle que los dos iban destinados a Serra, acepta gustoso la Parroquia de Masarrochos. Este acto de disponibilidad, humildad y caridad está en el origen de lo que ahora celebramos: D. José Bau, primer Párroco de Masarrochos.

La Eucaristía fue para el Siervo de Dios D. José Bau la fuente de toda su vida apostólica y la culminación de todo su hacer y su ser sacerdotal. Apreció la Eucaristía como sacramento de la Redención del género humano; así la ofrecía y se ofrecía diariamente, como sacerdote y como víctima, unido a la entrega incruenta de Jesucristo en el altar y en las custodias para la exposición del Santísimo Sacramento. Fomentaba el culto eucarístico en toda su actividad pastoral.

El 10 de septiembre de 1906 se celebraba el centenario de la venida procesional del Santísimo, de la Parroquia de Moncada al templo de Masarrochos, para quedarse permanentemente ya en el sagrario de ésta. Era ya unos años párroco de Masarrochos D. José Bau. Con dicho motivo organiza una gran fiesta eucarística, cuya resonancia alcanzó a los pueblos vecinos. Y a continuación, en octubre, funda ya la práctica de la Adoración Nocturna con un grupo de hombres. De entre los adoradores Elías Verdeguer encargó un cuadro cerámico dedicado al Santísimo que inmortalizaba esa fecha. Al derruir su casa, sus descendientes lo donaron a la parroquia para que lo reconstruya y exhiba en la fachada en el bicentenario que se acerca en el año 2006.

En el año 1910, el Sr. Arzobispo de Valencia D. Victoriano Guisasola lo nombró Rector del Colegio Mayor de la Presentación., y Santo Tomas de Villanueva y con su ejemplo y santidad solucionó por completo la anómala situación que existía, ganándose por completo el respeto y admiración de los colegiales. En esta época desarrolló grandes trabajos catequéticos y asistió a grandes Congresos en Valladolid, Zaragoza, Murcia y Vitoria, y otras obras que perfeccionaron la catequesis, colaborando con destacados pedagogos. Fue fundador de varias cofradías de penitencia (como la Escuela de Cristo), de la que era asiduo asistente desde joven y más tarde, ya sacerdote, la fue implantando en distintos lugares, como en Segart y Masarrochos. Estaba formada por sacerdotes y laicos, que se reunían cada semana para la práctica de la oración y de penitencias, especialmente el Vía Crucis y las disciplinas. Era muy devoto del Via Crucis, y cuando hablaba de la Pasión "impresionaba oírle". En Rugat fundó otra y también compuso los gozos del Cristo de los prodigios, estando predicando por los pueblos de Albaida y Agullent. En Moraira fundó una Capilla a la Virgen de los Desamparados para los marineros. Fundó en Valencia la asociación de Sacerdotes de María, que renovaban cada mes su consagración a la Virgen. Fue el primer Presidente de la Unión Apostólica del Clero de Valencia. El Sr. Arzobispo, también designó a D. José para que dirigiese el recién fundado Instituto de las Religiosas Operarias Doctrineras de Alacuas desde el 19 de marzo de 1914 hasta su fallecimiento. A través de las conferencias semanales que les daba, de los ejercicios espirituales que las dirigía, y de la dirección espiritual supo imprimir su personalidad a dicho instituto religioso. En 1931, en un congreso en Roma, consiguió que se aprobase y añadiese a dicha Unión Apostólica el lema "Por María Inmaculada", para toda la Iglesia. Fue un gran impulsor y uno de los principales organizadores de la Coronación Canónica de la Madre Virgen de los Desamparados. Los gozos que se cantan a la Virgen son del Padre Bau Burguet.

En 1911, al fundarse en Valencia el Centro de la Unión Apostólica para la atención espiritual de los sacerdotes, lo eligieron por unanimidad primer director, cargo que desempeño hasta el año 1932.

A finales de 1918 el Sr. Arzobispo D. José María Salvador Barrera lo nombró capellán de las Agustinas de la Presentación en Benicalap, Barrio de Valencia y, en 1925 compuso la letra del himno de la coronación de la Virgen de la Salud en Algemesi. Y en este mismo año el Sr. arzobispo D. Prudencio Melo Alcalde, al fallecer el cura párroco de San Miguel y San Sebastián de Valencia D. Manuel Pavia, le manifestó el deseo de que se hiciera cargo de la Parroquia que regentó hasta octubre de 1929, al manifestarsele los primeros síntomas de la enfermedad que años después le llevaría a la muerte. En ella encontró ancho campo a su celo pastoral, realizando notables mejoras materiales en el Templo y dio un gran impulso espiritual a la feligresía.

Una tarde de Reyes, fría y oscura, el Padre Bau caminaba por unas sendas de Marchalenes (Barrio de Valencia) para hacer una visita espiritual. Cayó dentro de una acequia. Después de la caída, teniendo ya una edad avanzada, su salud fue de mal en peor, y aún así, su espíritu generoso lo mantuvo hasta los últimos días del año 1932. Se retiró a vivir con unos sobrinos en un modesto piso de la calle Serranos. D. Antonio Puig Párroco de Agullent, le invitó a sustituirle unos días, que le servirían muy bien para descansar. Aceptó la invitación pero sus familiares se dieron cuenta de su enfermedad porque su cabeza andaba mareada. Después dando unos ejercicios en Sueca sufrió un ataque que le dejó sin habla, la recupero pero a medias logro terminarlos. Los familiares llamaron al médico, el Dr. Bartual al finalizar la exploración le dijo: Pater, su enfermedad requiere mucho cuidado. Y después a su sobrino le dijo: Su tío está grave, no lo dejen solo. Como cada día iba perdiendo fuerzas no salia de casa, un día celebrando misa en Picasent se sintió más enfermo y apenas pudo terminar la misa. El Médico ante la gravedad le dijo que podía haber fallecido mientras celebraba. Avisado su sobrino Benjamín, se lo llevo a Valencia instalándose en un piso de la calle del Museo, al lado de la Iglesia de la Santísima Cruz, en el típico barrio del Carmen. La nueva visita del médico, este le ordena que no se levante de la cama que su enfermedad no se lo permite, obediente ya no se levantó más, estaba acostado siempre con los brazos en cruz para así imitar a Nuestro Señor Jesucristo.

En la tarde del día 21 de noviembre de 1932, fiesta de la Presentación de Nuestra Señora, se agravó de tal manera su enfermedad que a petición propia, se le administró el San Viático y la Extremaunción.

Falleció con fama de santidad el día 22 de noviembre del año 1932.

El cadáver fue trasladado desde su casa a las Torres de Serranos, donde se despidió el duelo y de aquí al cementerio de Masarrochos donde descansan sus restos en un sencillo nicho.

En vísperas del aniversario de la muerte del siervo de Dios, D. José Bau Burguet, los miembros de la Unión Apostólica quisieron pisar y recorrer en Peregrinación las huellas sacerdotales dejadas en el pueblecito de Segart entre los años 1892 y 1904. Asentado sobre un breve recorte o repliegue de la montaña, sigue viviendo tan tranquilo y solitario como entonces, aunque ha convertido su pedregoso camino de montaña en una cómoda carretera, que serpentea entre saludables pinares y dulces campos de algarrobos.

Al entrar en la casa Abadía, mantenida por su actual párroco D. Antonio Ballester en tanta sencillez como la habitó D. José, nuestro impulso primero nos llevó a recorrer el estrecho pasillo hasta la puerta que comunica con la Iglesia, casi una Porciúncula, en donde revivimos el espíritu y el silencio de una oración grávida de sabiduría y santidad, gracia todavía perceptible en el aire del Templo y del Espíritu.

Después, a tientas y encogiendo nuestra estatura, descendimos, por una angosta escalera, desde la gloria celestial al aposento que acogió el reposo humano de D. José y el estudio teológico: una mínima habitación, de cuya admirable pobreza destaca la piedra que Jesús no tuvo para reclinar la cabeza.

Y sobre la base de estas huellas visibles, D. Antonio Ballester, ferviente y eficaz autor de la Positio super virtutibus, nos reconstruyó los trazos esenciales de la espiritualidad de D. José Bau, fundador que fue de la Unión Apostólica en la Diócesis de Valencia.

Creada una comisión para empezar los tramites de beatificación en primer termino es organizar el traslado solemne de los restos mortales del Siervo de Dios desde el cementerio de Masarrochos a su Iglesia Parroquial el día 1 de mayo de 1955, pidiéndose la autorización pertinente a la Congregación del Concilio. Esta a su vez teniendo en cuenta la recomendación del Arzobispo de Valencia, según su conciencia, conceda esta gracia, de acuerdo con las preces y con arreglo a la Ley.

Autorizado el traslado, se procedió a la exhumación y reconocimiento del cadáver, el sábado día 30 de abril, víspera del acto.

A las seis de la tarde del día 1 de mayo se puso en marcha la comitiva en medio de un estremecido silencio hacia el templo parroquial. En la Plaza esperaba el Sr Arzobispo D. Marcelino Olaechea y Eloizaga revestido de pontifical. Cantado un responso por la Schola Cantorum del Seminario bajo la dirección del maestro reverendo Sr. D. José Estélles, se adelantó a la tribuna el reverendo D. José Songel Pérez, cura Párroco del Ángel Custodio de Valencia, quien pronuncio un bellisimo y emocionado elogio del siervo de Dios al que presentó como modelo de sacerdotes, formados según el Corazón de Cristo por María Inmaculada.

Unas palabras del Señor Arzobispo, sentidas y estimulantes., constituyeron el epílogo del acto. Después del responso final, en el que ofició el señor Arzobispo, se dirigió el cortejo a la Iglesia Parroquial y allí, en un magnifico sepulcro abierto en el crucero, frente al altar de la Inmaculada, fueron depositados para siempre los restos del Siervo de Dios. La gran solemnidad del domingo día 1 de mayo de 1955, en Masarrochos, fue como un plebiscito del clero y pueblo de Valencia, que a una voz proclamaban las virtudes heroicas de don José.

Este apéndice puesto al final de su Semblanza, sirva para confirmar la sentencia del Evangelio de San Mateo: Los que se humillan, serán ensalzados y los que se exaltan serán humillados; y sea un estimulo para todo sacerdote y principalmente para el sacerdote unionista, que nos mueva más y más a vivir la santa humildad, a la que nos invita el Divino Maestro, con aquellas palabras: Aprended de Mi, que soy manso y humilde de corazón.

Vivamos la santa humildad, que fue la virtud preferida e intensamente practicada por el VENERABLE SACERDOTE DON JOSÉ BAU BURGUET.

Antonio Martínez de la Torre

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