ELIMINACIÓN DE AZUDES DE LOS RÍOS

9/12/2021
Gabino Santos Briz

Casi desapercibidamente, se está eliminando, sin que apenas se oigan voces en contra, una parte de nuestro pasado: las presas y azudes de antiguos molinos, ferrerías y otros ingenios hidráulicos.

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El Ministerio para la Transición Ecológica viene desarrollando desde 2005 la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos en la que se incluye el "Programa de restauración y adaptación al cambio climático", una de cuyas líneas de actuación es la eliminación de presas y azudes de los cauces, con la que, si bien se mejora la ecología fluvial, en muchos casos se está acabando con restos de la arqueología industrial, ya que durante siglos los molinos, ferrerías y otros ingenios que emplearon la energía hidráulica, para los que se hicieron dichas presas, fueron la industria de la época.

Sostiene el Ministerio que «la eliminación de los azudes favorece la restauración de los ecosistemas fluviales por las mejoras en la conectividad fluvial para procesos biológicos y especies, favorece el funcionamiento hidromorfológico y la dinámica de sedimentos, implementa las características del hábitat físico tales como velocidad del agua, sustrato, lugares de refugio, etc. e incluso puede contribuir a mejorar la calidad del agua». Y constata que «la construcción de estas estructuras han generado cambios drásticos en las condiciones naturales de nuestros ríos, por la alteración del régimen de caudales y por el efecto barrera que producen en el flujo de sedimentos y en los desplazamientos de la fauna, especialmente en especies migratorias».

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Desde el inicio del programa, en 2005, hasta 2020, incluido, se han demolido en España 334 azudes. Si nos centramos en la cuenca del Cantábrico Occidental, en la que se incluyen todos los ríos de la región que desaguan en el Cantábrico, son 49 los azudes y presas demolidos, todos de menos de cinco metros y la gran mayoría (35) por debajo de dos.

Las demoliciones de esos 49 azudes del Cantábrico Occidental eliminados hasta ese año 2020 se concentraron en los años 2007 y 2009 (22 demoliciones en cada uno de ellos) y en 2010 (las 5 restantes).

Ahora, en 2021, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha dado nuevo impulso a estas actuaciones animada por la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de 2020 a 2030, elemento central del plan de recuperación de la UE, que insiste en la necesidad de redoblar esfuerzos para recuperar ecosistemas de agua dulce y las funciones naturales de los ríos con el fin de alcanzar los objetivos de la Directiva Marco del Agua y considera que este objetivo puede lograrse eliminando o adaptando las barreras que impiden el paso de los peces migratorios y mejorando el flujo de agua y sedimentos.

En este 2021 nos constan las demoliciones de los azudes del conocido como "La Estacada" en el río Deva en Potes; el del Pozo Remigio, del río Quiviesa, también en las proximidades de Potes; en el de la ferrería del río Bullón, en Ojedo; el de la Bimbo, en el río Miera, en Solares; y la paralizada del antiguo molino harinero de Vega de Villafufre, en el río Pisueña. En ésta, la movilización de la Junta Vecinal de la localidad y del Ayuntamiento de Villafufre, que comunicó a la Confederación que deseaba la conservación del azud con un uso educativo, cultural o etnográfico, llevaron a ésta a aprobar la cesión al Ayuntamiento del azud condicionada al «previo compromiso municipal de habilitar un dispositivo para el paso de los peces en el mismo».

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Sería deseable que se valorase en estas actuaciones, antes de proceder a la demolición, si por su interés histórico o cultural merecen conservarse y, en su caso, limitarse a habilitar un paso a los peces, como se ha abierto la posibilidad en Villafufre. Hay que tener en cuenta, además, que la gran mayoría de estas presas y azudes corresponden a concesiones muy antiguas y que, por tanto, las condiciones del río se han adaptado a su existencia.

Esa valoración del valor cultural y también etnográfico debería extenderse a los molinos, muchos de los cuales se están arruinando por los inconvenientes que la Confederación Hidrográfica impone para su restauración. Llama la atención que el Ministerio tenga un programa de "Arte y cultura asociada a los ríos" que consiste en una base de datos con libros, películas, canciones... vinculadas a ríos, y, sin embargo, deje caer esos molinos, presas, ferrerías... que forman parte de la historia industrial, y, en muchos casos, del patrimonio etnográfico y de la vida cotidiana que tuvieron nuestros pueblos.


De interés:

Programa de restauración

Azud de Villafufre (comunicado de Confederación)

En Valle de Liébana (noticia de los casos de Potes y Ojedo)