EN DOS PALABRAS



LA RED CÁNTABRA incluye en esta sección pequeños comentarios de actualidad, que pueden referirse tanto a cuestiones internacionales como nacionales, aunque predominarán probablemente los referidos a Cantabria. Se incluirán comentarios cada pocos días. Salvo que se indique otra cosa, el autor de los mismos es Gabino Santos. El lector puede dar su opinión en los Foros.

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300 EUROS POR ORDENADOR

(15-1-2004)

El Gobierno de Cantabria ha establecido una subvención de 300 euros para toda aquella unidad familiar, con domicilio en nuestra región, que compre un ordenador que reuna una serie de requisitos y se dé de alta en una conexión a internet mediante tarifa plana. La subvención podrá pedirse a partir del próximo día dos de febrero. El Gobierno cántabro pretende con esta ayuda contribuir al avance en nuestra región de las nuevas tecnologías, salvando el retraso que actualmente se produce respecto a otras comunidades autónomas.

La medida parece, a primera vista, muy beneficiosa para los cántabros. Sin embargo, si se profundiza un poco en los requisitos establecidos, se puede llegar a la conclusión de que no lo es tanto. Hagámoslo.

En primer lugar, la exigencia de que los ordenadores cumplan con unos requerimientos técnicos mínimos puede llevar al comprador a adquirir una máquina con prestaciones -y precio- muy superiores a las que él realmente necesita. Quien, por ejemplo, sólo necesita el ordenador para usar su procesador de textos y para chatear un poco en internet no tiene porqué adquirir un equipo con tanta capacidad y velocidad como se exige para optar a la subvención. Pagar más por un equipo así no tiene sentido, incluso aunque se piense que en el futuro puede sacarle más provecho ya que, cuando llegue ese momento, ese equipo tan perfecto estará ya también obsoleto.

Otro de los requisitos que puede hacer que la ayuda a la compra del ordenador no sea tal, es la exigencia de que se contrate una conexión a internet mediante tarifa plana y con unos proveedores concretos. La tarifa plana conlleva el pago de una cuota mensual, cuota que se deberá pagar al menos durante un año para poder percibir la subvención. En líneas ADSL, según compruebo ahora en una página de internet que presenta una tabla comparativa de precios, la tarifa plana más baja ronda los 32 euros mensuales. En el caso de conexión mediante línea convencional, las tarifas planas varían mucho de unas a otras en función del horario que abarcan y del proveedor de internet, pero entre 15 y 20 euros al mes puede ser algo normal. Hacer rentables estas cuotas exigirá al comprador del ordenador conectarse a internet bastantes horas al mes. Puede ser que, de hecho, en su caso concreto no le interesara en absoluto una tarifa plana.

Por si lo hasta aquí señalado no fuera suficiente para pensarse dos veces la solicitud de la subvención aún hay más. La Orden en la que se aprueban las ayudas indica que, junto al equipo, debe instalarse el software original necesario, software que, lógicamente, hay que pagar (normalmente; sólo quien instale Linux como sistema operativo se podría ahorrar el pago). Es cierto que, de no pedirse la subvención, todo el que compre un ordenador tendría que comprar ese software pero la práctica dice que muchos de los compradores instalan copias que les deja un amigo, un familiar o quien sea y no pagan por, por ejemplo, instalar el "Windows" correspondiente. Por tanto, también esta exigencia puede suponer un encarecimiento del equipo respecto a su coste sin subvención.

Como también es de suponer que contribuya al encarecimiento otro de los requisitos de la Orden: el vendedor del equipo debe dejarle instalado en el domicilio del comprador y dedicar, al menos una hora, a instruir al comprador en el funcionamiento del equipo y de internet. Este tiempo del vendedor tiene su coste y, si no me equivoco, contribuirá a un aumento del precio de los ordenadores subvencionados.

Consecuencia de todo lo dicho: la subvención de los 300 euros, probablemente, a quien en realidad beneficie sea a Microsoft y otros suministradores de "programas originales", a los proveedores de internet que se asegurarán nuevos contratos de tarifa plana, y, en menor medida, a los vendedores de los equipos. Al comprador, por todo lo dicho, creo que muy poco.

¿Y a Cantabria? ¿En qué se beneficia Cantabria de esa importante inversión en subvenciones? Desde luego que, en las estadísticas de dentro de unos meses, Cantabria aparecerá mejor situada en número de hogares con ordenador y con conexión a internet pero ¿y qué supone eso para Cantabria? ¿qué gana Cantabria con que yo me conecte a internet exclusivamente para bajar música o para chatear? ¿No estaría mejor invertido ese dinero en hacer realmente útiles estas tecnologías? ¿Cómo? Pues, por ejemplo, permitiendo a través del portal del Gobierno cántabro la realización de trámites (si no me equivoco ahora mismo no se puede ni pedir un simple certificado); o instalando en consultorios médicos de las cabeceras de comarcas rurales equipos de telediagnóstico que permitan que los pacientes sean examinados "a distancia" por especialistas, ahorrando desplazamientos y tiempo; o estableciendo centros de acceso público y gratuito cual si de bibliotecas se tratara; etc. Internet no debe ser sacralizado. Como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas y, sobre todo, abre un mundo de posibilidades. Lo que el Gobierno debe hacer, más que fomentar la conexión a internet porque sí, es ahondar en ese mundo de posibilidades y los beneficios que de ellas se pueden derivar para los cántabros en muchos campos.

Para acabar, un último consejo: antes de comprar el equipo piénsese si realmente le interesa pedir la subvención.

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