EN DOS PALABRAS



LA RED CÁNTABRA incluye en esta sección pequeños comentarios de actualidad, que pueden referirse tanto a cuestiones internacionales como nacionales, aunque predominarán probablemente los referidos a Cantabria. Se incluirán comentarios cada pocos días. Salvo que se indique otra cosa, el autor de los mismos es Gabino Santos. El lector puede dar su opinión en los Foros.

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Las declaraciones de Ibarra


Las declaraciones del Presidente de Extremadura, el socialista Rodríguez Ibarra, en las que pide a Aznar que incumpla su promesa de retirarse tras ocho años en el gobierno por ser necesario para la defensa de la unidad de España, han causado gran sorpresa. Sorpresa, en primer lugar, por lo que suponen de desconfianza hacia el líder del Partido Socialista Obrero Español, Rodríguez Zapatero, desconfianza manifestada no por un socialista cualquiera sino por, ni más ni menos, que el Presidente de una Comunidad Autónoma. Ibarra viene a reconocer que de Zapatero y de un P.S.O.E. que en Extremadura defiende un modelo de Estado, en el País Vasco otro y en Cataluña un tercero, no se puede esperar que defienda la unidad de España como corresponde frente al ataque procedente del País Vasco.

Pero, en segundo lugar, las declaraciones de Ibarra ponen también en duda la capacidad de Rajoy para seguir en el Partido Popular la línea dura emprendida por Aznar, línea dura que, por lo que parece, ha calado no sólo entre miembros de su partido sino también en los de otros. La oposición radical a toda tentación rupturista con España rinde, pues, a Aznar unos réditos que el P.P. intentará que se traduzcan en votos en las próximas elecciones, aun cuando el candidato no sea Aznar.

Olvida Ibarra, sin embargo, la parte de responsabilidad que puede tener Aznar en que la situación en el País Vasco haya llegado adónde lo ha hecho. Cuando ganaron las primeras elecciones en 1996, con mayoría simple, el P.P. y Aznar pactaron con nacionalistas catalanes y canarios y, también con los nacionalistas vascos, su apoyo durante la legislatura. Con el P.N.V. llegaron a un acuerdo que supuso la renovación del "concierto económico vasco", mejoras en el tema de la formación continua y el compromiso de devolver al P.N.V. parte del patrimonio que le fue incautado con ocasión de la Guerra Civil, además de abrir un diálogo, que se pretendía fluido, que permitiera avanzar en el desarrollo del Estatuto de Guernica. ¿Cómo es posible que en tan pocos años se haya pasado de firmar acuerdos de cooperación a no hablarse? Si el P.P. hubiera avanzado en el diálogo con el P.N.V. (y Aznar, como Presidente de España, con Ibarreche, presidente de una de sus Comunidades Autónomas), ¿se hubieran radicalizado tanto, y tan pronto, los nacionalistas?

El camino emprendido por los nacionalistas vascos, saltándose toda norma y todo procedimiento, exige la respuesta decidida de todos, adoptando posturas conjuntas (no es bueno lo que ha hecho el Gobierno en algún momento: tomar decisiones esperando que después el P.S.O.E. se sume a ellas) y midiéndolas bien (no sé hasta qué punto es defendible legalmente, por ejemplo, recurrir algo que no es sino una propuesta; las propuestas pueden ser modificadas durante su tramitación y es el resultado de ésta, una norma, lo que podría recurrirse). Espero que quienes nos representan en las instituciones sepan estar a la altura de las circunstancias.

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