EN DOS PALABRAS



LA RED CÁNTABRA incluye en esta sección pequeños comentarios de actualidad, que pueden referirse tanto a cuestiones internacionales como nacionales, aunque predominarán probablemente los referidos a Cantabria. Se incluirán comentarios cada pocos días. Salvo que se indique otra cosa, el autor de los mismos es Gabino Santos. El lector puede dar su opinión en los Foros.

Comentarios anteriores


GLOBALIZACIÓN

(16-2-2004)

Hace ya muchos años que las multinacionales trasladan sus producciones de unas fábricas a otras, de unos países a otros, en función de sus intereses económicos, superando las trabas puestas para ello por quienes salen perdiendo. Ahora, con la idea de la "globalización" de la economía, parece como si las empresas tuvieran mayor justificación para hacerlo, cuando en realidad nada ha cambiado en este aspecto: las multinacionales llevan su producción a aquellos lugares en los que la mano de obra es más barata y cuenta con menores derechos, lugares en los que, además, suelen contar con mayor permisibilidad medioambiental y con menores sujecciones legales. Así lo hicieron cuando, por ejemplo, hace unas décadas trajeron a España la producción de automóviles, instalando numerosas fábricas; cuando, después, hicieron lo propio en los países asiáticos (Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong, etc.) y cuando, ahora, hacen lo mismo con los países de la Europa oriental.

Viene todo esto a cuento por el caso que ahora afecta a Cantabria. El Grupo Celsa, propietario de Trefilerías Quijano, radicada en Los Corrales de Buelna, ha decidido cerrar esta fábrica y, según los sindicatos, ello se debe a que va a trasladar su producción a una fábrica de Polonia. Celsa, que había recibido importantes subvenciones para Trefilerías Quijano, comprometiéndose a realizar una serie de inversiones y a mantener su plantilla, cambió radicalmente sus planes a raíz de la compra de esa empresa polaca. Les da igual perder las subvenciones. Les da igual dejar a 250 trabajadores sin empleo. Les da igual lo que deben moralmente a Cantabria por haberles apoyado hace unos años a salir de la difícil situación que atravesaba otra de las empresas cántabras del grupo, Nueva Montaña (Global Steel), apoyo que se materializó en la recalificación de unos terrenos, lo que permitió su venta para la instalación del Corte Inglés y de viviendas. Para ellos, para el Grupo Celsa, lo único que cuenta, parece ser, es la obtención del máximo beneficio y si, para eso, hay que irse ahora a Polonia, dentro de diez años a Libia y dentro de veinte a India, pues se hace y ya está.

El Grupo Celsa se ha permitido, incluso, dejar caer una cierta "amenaza" al Gobierno cántabro para que no les presionen, recordándole que aún mantienen en Cantabria muchos puestos de trabajo en sus otras empresas. La situación, desde luego, es muy difícil y no parece que el Gobierno regional pueda hacer gran cosa, si la decisión del cierre es realmente firme, salvo exigir la devolución de las subvenciones percibidas sin haber cumplido los requisitos que conllevaban. También, debiera buscar la fórmula para hacerse, en condiciones favorables, con la propiedad de los terrenos en que se ubica Trefilerías Quijano, terrenos que, según parece, son muy interesantes urbanísticamente.

Por lo demás, ¿qué se puede hacer para evitar que casos como éste se repitan? La respuesta es muy difícil y, de existir, pasa por un cambio de mentalidad de trabajadores y sindicatos. Me explico. Por el lado de los costes laborales, nunca se va a poder competir con esos países puesto que allí son mucho menores y las empresas, desde ese punto de vista, siempre tenderán a desplazar sus fábricas a ellos. Sin embargo, sí se puede competir desde el lado de la productividad. Si los trabajadores españoles consiguen una mayor productividad que los de aquellos países, pueden llegar a compensar la desventaja que suponen los costes laborales. Y para llegar a conseguir esa mayor productividad es clave, además de una mayor formación, concienciarse de que, junto a los derechos, los trabajadores también tienen unos deberes, el principal de ellos el deber de cumplir con su trabajo. Hay que concienciarse de que no se puede ir a la fábrica o al taller con la intención de hacer lo menos posible y esperar a que toquen la sirena de salida. Si de verdad se quieren evitar casos como el de Trefilerías creo que, aunque no guste decirlo ni oirlo, ésta es la única vía. Los sindicatos y los trabajadores deben reflexionar sobre ello: reivindicar derechos, sí, pero ofreciendo como contrapartida una correcta realización del trabajo de cada uno.



¿Que le parece este comentario? Opine en nuestro Foro