EN DOS PALABRAS



LA RED CÁNTABRA incluye en esta sección pequeños comentarios de actualidad, que pueden referirse tanto a cuestiones internacionales como nacionales, aunque predominarán probablemente los referidos a Cantabria. Se incluirán comentarios cada pocos días. Salvo que se indique otra cosa, el autor de los mismos es Gabino Santos. El lector puede dar su opinión en los Foros.

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DEDUCCIONES FISCALES

(24-11-2004)

El Gobierno de Cantabria incluye en el proyecto de Ley de Acompañamiento de los presupuestos de la región para 2005 algunas deducciones que afectarán al tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta. Estas deducciones son: por alquiler de vivienda; por cuidado de familiares (menores de tres años, mayores de 70 o minusválidos); y por la rehabilitación de segundas residencias en municipios con problemas de despoblamiento. Se pretende, según la Consejería de Economía, «rebajar la carga fiscal de los ciudadanos, especialmente de los más necesitados».

En primer lugar, hay que resaltar lo positivo de que, por fin, un Gobierno de Cantabria utilice la capacidad normativa de que dispone sobre una parte del I.R.P.F. Hace ya años (en diciembre de 2001) escribía aquí un comentario titulado "De impuestos" en el que decía:

«Cantabria goza ya desde hace varios años de capacidad para disponer de un tramo del 30% del Impuesto sobre la Renta, al igual que la mayoría de las restantes comunidades autónomas. Pues bien, mientras todas éstas han introducido alguna deducción específica o incrementado alguna de las fijadas en el Impuesto, Cantabria no ha utilizado esa facultad, lo que no deja de ser triste cuando es uno de los medios más claros de que dispone un Gobierno para dejar claro cuáles son sus políticas. Pienso, por ejemplo, en un aumento de la reducción por hijos para fomentar la natalidad en una Comunidad como la nuestra en la que la tasa de natalidad está por debajo de la ya de por sí baja tasa nacional. O en el establecimiento de una reducción para quienes viven en pueblos del interior, como medio de contribuir al mantenimiento de la población de los mísmos. Sin embargo, nada se ha hecho en la materia.»

Que el gobierno de P.S.O.E. y P.R.C., en los primeros presupuestos que elabora con tiempo suficiente, haga lo que no hicieron los sucesivos gobiernos del P.P. muestra una plausible mayor intención de aprovechar las posibilidades de que se dispone. Que una de las tres deducciones previstas vaya en la línea de lo aquí expuesto hace tres años me congratula. Sin embargo, la deducción elegida para luchar contra el despoblamiento de muchos de nuestros municipios no me parece la más acertada. Hace tres años, yo proponía que los beneficiarios de la ayuda fueran los residentes en esos municipios; ahora, el Gobierno apoya el establecimiento de segundas residencias, lo que implica que los beneficiarios tendrán su domicilio en grandes núcleos, que estarán menos de la mitad del año en esos municipios y que no desarrollarán en ellos ninguna actividad económica. Además, los municipios beneficiados se limitan a una decena, mayoritariamente de la zona pasiega, lo que me lleva a preguntar si se pretende favorecer la conversión de las cabañas pasiegas en segundas residencias con lo que ello puede suponer de alteración en la zona (piénsese, por ejemplo, en que se hagan carreteras de acceso a cada cabaña). Por tanto, tal como se enfoca, me parece desacertada la deducción para luchar contra el despoblamiento interior. Mucho más apropiado sería que la deducción beneficie a quienes tengan en esos municipios su residencia habitual.

En cuanto a las otras dos deducciones previstas, me parecen acertadas, en especial la referente a la ayuda al cuidado de familiares. Respecto a la del alquiler de vivienda, me parece criticable que no puedan beneficiarse de ella las personas con edades comprendidas entre los 35 y los 65 años y es que, cumpliéndose los requisitos de renta exigidos, ¿qué mas da la edad que tenga quien paga el alquiler? De hecho, a igualdad de renta, quizás necesiten más esa ayuda personas con edades de las excluidas que, probablemente, tengan a su cargo hijos que mantener. Se deja fuera, pues, a ciudadanos que pueden estar entre «los más necesitados» que pretende apoyar la Consejería en contraste con la inclusión, en la anterior deducción, de ciudadanos que pueden permitirse tener una segunda residencia.

En resumen, si es positivo que el Gobierno utilice la capacidad normativa fiscal de que dispone, a su materialización práctica en las deducciones previstas para 2005 cabe ponerlas alguna objeción, sobre todo a la dedicada a combatir el despoblamiento de municipios interiores de nuestra región. A tiempo se está, aun, de modificar en la tramitación parlamentaria de la Ley los defectos apuntados en esas deducciones.



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