EN DOS PALABRAS



LA RED CÁNTABRA incluye en esta sección pequeños comentarios de actualidad, que pueden referirse tanto a cuestiones internacionales como nacionales, aunque predominarán probablemente los referidos a Cantabria. Se incluirán comentarios cada pocos días. Salvo que se indique otra cosa, el autor de los mismos es Gabino Santos. El lector puede dar su opinión en los Foros.

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ACTUACIONES DEL AÑO JUBILAR

(20-04-2006)

Comienza un nuevo Año Santo Lebaniego. En teoría, uno más, como todos los que se han sucedido desde que en 1967 el papa Pablo VI extendiera a todo un año el privilegio de ganar el jubileo, privilegio que, hasta entonces y desde principios del siglo XVI, existía limitado a ocho días. En la práctica, sin embargo, parece que este año no va a ser igual a los que le han precedido.

En efecto. Por un lado, la promoción que se está realizando de este Año Jubilar no tiene parangón con la de los anteriores. La presencia en ferias turísticas, en medios de comunicación, en vallas publicitarias, etc. es muy superior a la realizada en los anteriores como también lo es el número de actos culturales, festivos y de otro tipo que se piensan realizar este año (aunque, cierto es, algunos de dichos actos se celebran todos los años y en éste con ponerle el logotipo del Año Jubilar ya se considera como un acto más del mismo).

En esta proliferación de actos tiene mucho que ver la ampliación que se ha hecho del ámbito de actuación del Año Jubilar: de estar limitado a la comarca de Liébana se ha optado este año por abarcar toda Cantabria y el lema elegido es buena muestra de ello ("Cantabria 2006. Liébana, Tierra de Júbilo"). En Liébana no gustó esta elección pero es absolutamente normal que los gobernantes traten de que sea toda Cantabria la que se beneficie de un hecho tan singular, a nivel mundial incluso, como es la celebración del Año Jubilar.

Hay, por otro lado, otro elemento que singulariza este Año Santo respecto a los precedentes y es el hecho de que, por primera vez, se le hayan reconocido beneficios fiscales a nivel nacional. Consecuencia de ello es lo que estamos viendo estos días, y veremos cada vez más, de empresas que se suman al patrocinio de este acontecimiento con cantidades muy importantes.

Lo triste es que si nuestros gobernantes se lo hubieran propuesto, el Año Santo Lebaniego hubiera contado con esos beneficios fiscales desde mucho antes. Quien esto escribe publicó en El Diario Montañés del 27 de junio de 1994 una "Tribuna libre" titulada "El IRPF y el Año Santo Lebaniego" en la que ya reclamaba esos beneficios fiscales de los que ya disfrutaban el Año Jacobeo y otros acontecimientos excepcionales. Animaba en ella al Gobierno cántabro y a la entonces Asamblea Regional a hacer lo necesario para conseguir tal deducción y pedía la unión de los políticos regionales para lograrlo. Desgraciadamente, han tenido que pasar doce años para conseguir esas ventajas fiscales. Pero más vale tarde que nunca y debemos felicitarnos por ello.

Las millonarias aportaciones de las empresas patrocinadoras (sólo Banco Santander, San Miguel-Mahou y Carrefour aportan más de mil millones de las antiguas pesetas) van a permitir, si se gestionan bien, además de financiar todas las campañas de promoción y todos los actos ya mencionados, afrontar, por ejemplo, como decía en aquella Tribuna de hace doce años, "la protección y recuperación del patrimonio arquitectónico y cultural" de Liébana, en particular, y de Cantabria, en general.

Y pongo un ejemplo de Liébana. La iglesia vieja de Espinama, construida a finales del siglo XVI y principios del XVII por maestros trasmeranos, ampliada en 1686 con la sacristía, languidece abandonada desde que en los años 60 se cerrara al culto, trasladado a la nueva parroquia levantada frente a ella en un alto. Una rehabilitación, emprendida por la Escuela Taller de Potes hace ya más de una década, quedó a medio realizar, lo mismo que parece haberse esfumado el proyecto, avanzado en su día (24-4-2001) por El Diario Montañés, de establecer en ella un museo de religiosidad popular.

Rehabilitar esa iglesia entra perfectamente en lo que deben ser las actuaciones a realizar con las aportaciones realizadas para patrocinar el Año Santo. Tal rehabilitación, a mi modo de ver, debiera incluir el traslado a la iglesia vieja rehabilitada de la parroquia (los feligreses, de edad avanzada en su mayoría, evitarían tener que ascender al cotero en el que se encuentra actualmente) y la conversión de la moderna iglesia en museo. El hecho de que ésta cuente con una gran superficie despejada, sin pared alguna, con las posibilidades que ello permite; que tenga zona de aparcamiento delante (de la que carece la iglesia vieja); y que, junto a ella, exista un salón que posibilitaría conferencias y actividades complementarias, son factores a considerar para ubicar en ella el museo.

Éste de Espinama es un ejemplo de actuaciones que se pueden y se deben emprender con los fondos aportados por todas estas empresas que buscan los beneficios fiscales conseguidos por primera vez para el Año Santo Lebaniego. Las campañas de promoción, los actos festivos y culturales… están bien y son necesarios pero, una vez finalizados o al cabo de poco tiempo, no queda nada de ellos; actuaciones en infraestructuras o en la conservación o rehabilitación del patrimonio cultural o natural quedarán ahí para su uso posterior. Esperemos que los gobernantes cántabros sean conscientes de ello y no las dejen de lado en este Año Santo Lebaniego.

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