PRECES EXPIATORIAS
del manual de la A.N.E.

(Página 449 del Manual)
De rodillas

Presidente:

Señor Jesús:

Tú compartiste nuestra vida humana, alegrías y penas, y, sin acusarnos, por amor, cargaste con la responsabilidad de nuestras culpas para redimirnos. Ayúdanos a seguir tu ejemplo desde nuestra situación de pecadores redimidos.

Ante ti, Señor, nos sentimos sinceramente responsables de un mundo al que pertenecemos, que estamos contribuyendo a forjar, y con el que estamos comprometidos especialmente por tu amor. Avergonzados de nuestras obras, fruto del olvido o rechazo culpable de tus enseñanzas, te pedimos perdón y ayuda.

Lector:

Por las propagandas de ateísmo, las blasfemias contra el nombre de Dios, el desprecio de sus obras.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Lector:

Por los ataques y persecuciones a la Iglesia y a sus miembros, por la críticas destructivas, intencionadas o inconscientes y superficiales.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Lector:

Por todas las opresiones, injusticias, violencias que atentan contra la libertad y los derechos del hombre en el plano político, social, laboral, familiar.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Lector:

Por todas las inmoralidades y corrupciones que condicionan y empujan al individuo a una degradación moral o física, disuelven los vínculos familiares y desenfocan los verdaderos valores de la vida.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Lector:

Por todos los escándalos, y por todos los respetos humanos.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

A continuación, en cada uno de los tiempos litúrgicos fuertes se añade:

Presidente:
Tiempo de ADVIENTO:

En este tiempo de Adviento, en que la Iglesia clama con la voz de los Profetas por la venida del Salvador, queremos, Señor, dolernos en especial por haber puesto nuestra esperanza de salvación en cosas o personas que no son Tú, nuestro Salvador y Salvador del mundo.

- Por nuestro apego al dinero y a las comodidades. Por la pérdida del sentido humano de la vida. Por la falta de aceptación y de entrega.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Tiempo de NAVIDAD Y EPIFANÍA

Al celebrar los misterios de tu Encarnación y Nacimiento, somos conscientes del abismo que separa al hombre de Dios y que Tú salvaste para siempre por un impensable acto de amor haciéndote hombre entre los hombres.

Por eso desbordamos de alegría y quisiéramos, a ejemplo tuyo, nivelar todos los abismos que separan y dividen a los hombres y que impiden la paz en la tierra.

- Porque existen aún en el mundo enormes desniveles económicos… porque despreciamos al hombre, nuestro hermano, a causa de su raza, sexo, profesión, cultura o lengua… Por todas nuestras faltas de orgullo y superioridad frente a otros,

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Tiempo de CUARESMA

Ayunaste, Señor, durante cuarenta días para preparar tu cuerpo y tu espíritu para el momento supremo de la oblación, de la entrega total en el sufrimiento.

A la luz de tu ejemplo, vemos con vergüenza nuestro rechazo, cada vez mayor, a toda negación, a toda contrariedad, a toda renuncia, a todo esfuerzo no compensado,

- Por todo esto, y por todos los pecados de egoísmo, de incomprensión, de inhibición de los problemas que no nos atañen directamente,

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Tiempo de PASCUA

Celebramos con la Pascua el día de nuestra alegría, el día de la confirmación de nuestra fe, el día de la seguridad de nuestra esperanza.

Queremos, Señor, resucitar contigo; encontrarnos nuevos en nuestra alegría renovada y saber comunicarla a los demás con toda la profundidad, toda la amplitud y toda la fuerza de la fe vivida.

- Hoy te rogamos especialmente por los tristes, los aburridos, los desengañados… por aquellos que viven sin esperanza… y por nosotros, que no siempre sabemos dar testimonio de serenidad, seguridad y alegría; que no siempre sabemos dar testimonio de nuestra esperanza.

Todos:

Perdón, Señor, perdón.

Se termina siempre con la siguiente Oración:

Presidente:

Oremos: Señor, Dios nuestro, que concedes a los justos el premio de sus méritos y a los pecadores que hacen penitencia les perdonas sus pecados, ten piedad de nosotros y danos, por la humilde confesión de nuestras culpas, tu paz y tu perdón. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.


La Vigilia de la Adoración Nocturna es esencialmente una Vigilia de oración y adoración centrada en la Eucaristía, en nombre de toda la Iglesia. Nunca podrán faltar en nuestras vigilias: la oración personal y la oración litúrgica comunitaria que nos vincula a la Iglesia.


La Liturgia de las Horas es la oración que la Iglesia, en unión con Jesucristo, su Cabeza, y por medio de Él, ofrece a Dios. Se llama de las horas porque se efectúa en los principales momentos de cada día, que así es santificado junto con la actividad de los hombres (Laudes al comenzar el día; Vísperas al caer la tarde, Completas al acostarse...).
El Oficio de Lectura, desde los primeros siglos de la Iglesia, era la oración nocturna de los monjes mientras los hombres descansan; la alabanza y la oración del Señor no debe interrumpirse ni durante la noche.