DOMINGO I
del manual A.N.E.

LAUDES del Manual ANE

INVOCACIÓN INICIAL

De pie

Presidente:

Dios mío, ven en mi auxilio.

Todos:

Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya).

HIMNO

Es verdad que las luces del alba
del día de hoy
son más puras, radiantes y bellas,
por gracia de Dios.

Es verdad que yo siento en mi vida,
muy dentro de mí,
que la gracia de Dios es mi gracia,
que no merecí.

Es verdad que la gracia del Padre,
en Cristo Jesús,
es la gloria del hombre y del mundo
bañados en luz.

Es verdad que la Pascua de Cristo
es pascua por mí,
que su muerte y victoria me dieron
eterno vivir.

Viviré en alabanzas al Padre,
que al Hijo nos dio
y que el Santo Paráclito inflame
nuestra alma en amor. Amén.

SALMODIA
Sentados

Antífona 1

Todos:

Por ti madrugo, Dios mío, para contemplar tu fuerza y tu gloria. Aleluya.

      Domingo 1 de Adviento: Aquel día, los montes destilarán dulzura y las colinas manarán leche y miel. Aleluya.
      Domingo 1 de Cuaresma: Toda mi vida te bendeciré, Señor, y alzaré las manos invocándote.
      Domingo V de Cuaresma:Tú, Señor, fuiste mi auxilio.
      Octava de Pascua: Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.
      Domingo V de Pascua: El que tenga sed, que venga a beber de balde el agua viva. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
Madruga por Dios todo el que rechaza las obras de las tinieblas

Recitado a dos coros

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansía de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Se puede repetir o no la Antífona Breve pausa

Antífona 2

Todos:

En medio de las llamas, los tres jóvenes, unánimes, cantaban: "Bendito sea el Señor". Aleluya.

      Domingo 1 de Adviento: Los montes y las colinas aclamarán en presencia del Señor, y los árboles del bosque aplaudirán, porque viene el Señor y reinará eternamente. Aleluya.
      Domingo 1 de Cuaresma: Cantad y ensalzad a Dios por los siglos.
      Domingo V de Cuaresma: Líbranos con tu poder maravillosos y sálvanos del poder de la muerte.
      Octava de Pascua: Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.
      Domingo V de Pascua: Rendid homenaje al Señor, que hizo el cielo, la tierra el mar y los manantiales. Aleluya.

Cantico Dn 3, 57-88.56

TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR
Alabad al Señor, sus siervos todos (Ap 19,5).

Salmista:

Criaturas todas del Señor, bendecir al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por lo siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Fieras y ganados, bendecid al Señor;
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Salmista:

Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

Todos:

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Se puede repetir o no la Antífona
Breve pausa

Antífona 3

Todos:

Que los hijos de Sión se alegren por su Rey. Aleluya.

      Domingo I de Adviento: Vendrá el gran profeta y renovará a Jerusalén. Aleluya.
      Domingo I de Cuaresma: El Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes.
      Domingo V de Cuaresma: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
      Octava de Pascua: Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como lo había anunciado. Aleluya.
      Domingo V de Pascua: Los fieles festejan la gloria del Señor. Aleluya.

Salmo 149

ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Los hijos de la Iglesia, nuevo pueblo de Dios, se alegran en su Rey, Cristo, el Señor (Hesiquio).

Recitado a dos coros

Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos;

para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén

Se puede repetir o no la Antífona 3
Breve pausa

LECTURA BREVE Ap 7, 10.12

El lector proclama la lectura desde el lugar donde habitualmente se proclama la Palabra en la Misa

Lector

¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero! La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Se hace una breve pausa para reflexionar

RESPONSORIO BREVE

Salmista:

Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Todos:

Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Salmista:

Tú que estás sentado a la derecha del Padre.

Todos:

Ten piedad de nosotros.

Salmista:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Todos:

Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Antífona

Es conveniente recitar la Antífona propia del día que puede buscarse en la Liturgia de las Horas; si eso no es posible, se dice lo siguiente:

Todos:

Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este Pan vivirá para siempre.

BENEDICTUS Lc I, 68-79
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
De pie
Recitado a dos coros o conjuntamente por todos.
Durante el Benedictus, si preside un presbítero o diácono, este inciensa el Sacramento, el altar y la asamblea.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. (todos):

Yo soy el Pan vivo que ha bajado del cielo, el que como de este Pan vivirá para siempre.

Breve pausa

PRECES

Presidente:

Glorifiquemos al Señor Jesús, luz que alumbra a todo hombre y Sol de justicia que no conoce el ocaso, y digámosle: ¡Oh Señor, vida y salvación nuestra!

Todos:

¡Oh Señor, vida y salvación nuestra!

Esta respuesta puede repetirse después de cada una de las peticiones, o bien usar como respuesta la segunda parte de la petición.

Creador del universo, al darte gracias por el nuevo día que ahora empieza,
- te pedimos que el recuerdo de tu santa resurrección sea nuestro gozo durante este día.

Que tu Espíritu Santo nos enseñe a cumplir con tu voluntad,
- y que tu sabiduría dirija hoy nuestras acciones.

Que, al celebrar la Eucaristía de este día, tu palabra nos llene de gozo,
- y la participación en tu banquete haga crecer nuestra esperanza.

Que sepamos contemplar las maravillas que tu generosidad nos concede,
- y vivamos durante todo el día en acción de gracias.

Presidente:

Digamos, ahora, todos juntos, la oración que nos enseñó el mismo Señor.

Todos:

Padre nuestro.

El Presidente dice a continuación la Oración propia del día o, si no es posible, la siguiente:

Oración

Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación, merezcamos conseguir su fruto. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN

Si ha presidido la celebración el Obispo, un presbítero o diácono, da la bendición y reserva en la forma acostumbrada. Si dirige un laico, hombre o mujer, terminada la oración dice:

El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

Hecha genuflexión simple, retira e viril y lo encierra en el sagrario. Entre tanto se canta alguna aclamación eucarística como

Adoremus in aeternum
Sanctissimum Sacramentum.

Se termina con un canto o antífona