A fiestas religiosas
AÑO SANTO LEBANIEGO
El Lignum Crucis es una reliquia compuesta por el mayor trozo de la Cruz en la que Cristo fue crucificado. Pertenece al brazo izquierdo de la cruz, el cual fue depositado en Jerusalén por Sta Elena y parte de él traido por Sto Toribio (obispo de Astorga en el s.V, después de su peregrinación a Tierra Santa) y traido a Liébana cuando el santo hubo de encontrar refugio en las montañas ante la persecución de que fue objeto por Teodorico.
La reliquia no conserva en la actualidad su forma original, sino que se serró y colocó a modo de cruz, dejando entero el orificio donde se clavó la mano de Cristo, encerrándose después en un relicario de orfebrería. Hoy se venera en la capilla-camarín mandado construir por el arzobispo de Nueva Granada don Francisco de Cossío y Otero, nacido en Turieno en 1640.
En cuanto a su autenticidad un análisis de la madera determinó que pertenece a un tipo de ciprés propio de Palestina, y que su antigüedad bien podría alcanzar los 2000 años, pero hasta la fecha no se ha datado con el carbono-14.
El monasterio de Santo Toribio es por ello, uno de los lugares santos del cristianismo, junto con Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.
Desde la bula de Julio II de 1512, ampliada posteriormente, tiene el privilegio del Año Jubilar cuando la festividad del Santo (16 de abril) cae en domingo.
En la bula de 1515 se explican las razones de este jubileo: "Que en la iglesia de dicho monasterio (...) existe, además del cuerpo de Sto. Toribio de Astorga que allí reposa, una parte grande de la dicha Cruz del Señor, y muchas otras reliquias allí guardadas (podría ser la cadena con que le encadenaron), que el propio Sto. Toribio, al cesar en el cuidado de la sacristía del Sepulcro del Señor en Jerusalén, que rigió durante siete años, se dice que por consejo divino, trajo desde Jerusalén y aquí depositó; en cuyo honor se dice que todos y cada uno de los fieles cristianos de ambos sexos, con el espíritu penitencial y habiendo confesado y visitado la iglesia y el trozo de la Cruz y las reliquias citadas, la voz común desde antiguo en aquella comarca contaba que ganaban indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados por concesión de la Sede Apostólica". Más adelante añade que esta veneración popular fue sancionada expresamente por San León I, papa en el s.V.
Una vieja tradición nos habla de que el monasterio fue fundado por el presbitero Sto. Toribio de Palencia, que se retiró a los parajes solitarios del monte La Viorna acompañado de cinco discípulos. Toribio de Palencia vivió en el s.VI (un siglo después de Toribio de Astorga) y se dedicaron a misionar y a orar. La llegada de Toribio de Palencia a La Viorna se conserva en la tradición popular a modo de leyendas, así dicen que, decidió la ubicación del monasterio subiendo a la cima del pico La Viorna y arrojando su bastón al valle y donde cayó está el monasterio, y posteriormente fue ayudado por un oso y un toro a los que unció un carro.
Se desconoce la fecha de fundación del monasterio de Santo Toribio pero su existencia está documentada desde el año 828, aunque bajo la denominación de S. Martín de Turieno, no adquiriendo la advocación de Sto. Toribio hasta el s. XII, siguiendo la moda de otros monasterios españoles que cambian de nombre. En los siglos VIII y IX estaba a la cabeza de los monasterios de la zona junto al de Santa Mª de Piasca. En el s. XIII es demolida la vetusta iglesia monacal y se edificó la actual gótica. A comienzos del s.XIV, durante la regencia del prior Toribio, llega a su máximo florecimiento extendiendose por todos los reinos la devoción a la Cruz. Años más tarde se remozara el monasterio y en el XVIII se levanta la capilla donde se venera el relicario. Con la desamortización de Mendizabal los benedictinos se ven obligados a abandonarlo, quedando el culto y la devoción a cargo del clero local. En 1957 se reconstruye el monasterio y después de pasar la comarca de Liébana a la diócesis de Santander, se entrega el monasterio a la diócesis y el Obispo se lo cede a los franciscanos, en 1961,y desde entonces se ocupan de él.
En sus alrededores están las ermitas y la cueva primitiva. Y recordar que aquí vivió y realizó sus famosos Comentarios al Apocalipsis, entre otras, el famoso Beato de Liébana.